Comparación de la actual burbuja tecnológica y la burbuja punto com – Raquel Carreño Perez
Con la llegada al gran público de internet, un horizonte de nuevas posibilidades se abrió frente a inversores y emprendedores que vieron en esta nueva tecnología una fuente inagotable de oportunidades lista para ser explotada. El boom de internet marcó un hito en la economía mundial y, por supuesto, en los distintos mercados bursátiles. El éxtasis y las desmedidas previsiones de crecimiento ilimitado hincharon una burbuja durante el final de la década de los 90 que acabó estallando en el año 2000, llevándose por delante gran parte del crecimiento experimentado en los años previos. Un crecimiento y una debacle nunca antes vistos marcaron el inicio del siglo XXI en los parqués.
En una cosa estaban en lo cierto los especuladores e inversores que arriesgaron y perdieron (muchos) durante la burbuja de las punto com, internet ofrecía una cantidad inimaginable de nuevas oportunidades. Hoy en día, con la tecnología ya asentada, empresas de enormes dimensiones como Google o Facebook vertebran su negocio en los ingresos generados por visitas en internet. Estas empresas han sabido generar un modelo de negocio muy rentable dentro de un mundo que cambia a una velocidad nunca antes vista. Sin embargo, no todas las grandes empresas de internet de la actualidad consiguen transformar los usuarios y visitantes en una cantidad de ingresos que les permita aportar beneficios. A pesar de las perdidas los inversores las tienen en alta estima, y se pagan con altas primas. Deberán lograr la manera de generar beneficios en el corto plazo y justificar estas primas, si no sus cotizaciones se verán ajustadas.
Internet ha generado en los últimos años un nuevo modelo de negocio que está cambiando en cierta medida la forma de financiarse de las empresas. Muchas empresas tecnológicas actuales eligen no salir a bolsa y hacerse públicas; esperan sin embargo por la inversión privada y por la financiación colectiva. Este tipo de modelo define la burbuja tecnológica actual y la diferencia de la que tuvo lugar al final del siglo pasado. Muchas de estas empresas son poco más que una idea que se está pagando con una prima que descuenta la mayor parte del posible crecimiento futuro, y aquí es donde se crea la burbuja.
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