Estudio sobre las tendencias de consumo de energía en los centros de datos y servicios en nube.

El 9 de noviembre, la Comisión ha publicado un estudio en el que se analiza el problema del creciente consumo de energía debido a la expansión de los servicios en la nube en Europa.

El estudio ha sido realizado por la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnología como parte de la estrategia digital para conseguir centros de datos sostenibles, eficientes y climáticamente neutrales para finales de 2030 así como para establecer un reglamento de la nube (the cloud rulebook). El estudio se divide en tres partes, un análisis de la situación actual; un asesoramiento técnico en el que se estudian las tendencias futuras de consumo de energía de los centros de datos y los desarrollos tecnológicos; y un análisis político en el que se analiza el marco legal actual y se hacen recomendaciones para nuevos instrumentos políticos que contribuyan al desarrollo de una tecnología en la nube más eficiente.

En 2018, los centros de datos (DC) representaban el 2.7% del consumo de energía en Europa, de los cuales el 35% es destinado a los centros de datos para la nube. Siguiendo la tendencia actual, para 2025, los DC consumirán el 21% de la energía europea. Además, hay una tendencia hacia el edge-computing debido a la creciente necesidad de capturar, transferir y procesar más datos. En 2018 los centros de datos en el edge representaban el 2% de la energía de los DC, se espera que para 2025 representen por lo menos el 12%. No obstante, con las mejoras propuestas se espera poder reducir los niveles de consumo de energía a los medidos en 2010.

Predicciones de los diferentes estudios de consumos de energía de centros de datos a escala mundial. Fuente: Energy-efficient Cloud Computing technologies

Actualmente ya se están invirtiendo grandes cantidades en mejorar la infraestructura de los DC para mejorar las eficiencias energéticas, en particular reduciendo el tamaño de los dispositivos para que necesiten menores potencias de funcionamiento. De esta manera, se mejora la capacidad computacional mucho más rápido que la demanda de energía de los dispositivos. Sin embargo, cada vez aparecen más aplicaciones que requieren de capacidades de cómputo muy grandes como la Inteligencia Artificial o la minería de criptomonedas. Es en estos casos cuando es necesaria una mejora energética basada en el software en lugar del hardware. Otra de las aplicaciones de la mejora software aparece en la transmisión de datos; con la aparición del 5G se espera una subida significativa en la demanda energética de los centros de datos que comenzarán a tratar con cifras de tráfico muy superiores a las actuales.

Dentro de las posibles actuaciones tecnológicas para reducir los consumos energéticos están:

  • Sistemas de refrigeración más eficientes
  • Reutilización del calor (e.g. para la generación de energía)
  • Virtualización del software, uso óptimo de la capacidad de los servidores
  • Infraestructura basada en eco-design
  • Uso de energías verdes para provisionar a los centros de datos
  • Construcción de los centros de datos en regiones con climas fríos[1]

Dentro de las posibles actuaciones políticas están:

  • Creación de indicadores de eficiencia energética y Estipular los requerimientos de transparencia
  • Promover el uso de los instrumentos de optimización para la computación en la nube
  • Mejorar la eficiencia del Software
  • Fomentar la innovación tecnológica para usos específicos
  • Explotar el potencial de las SMEs y crear SMEs orientadas a la nube
  • Integrar la eficiencia energética de los servicios en la nube con otros programas de RTD

Dentro de los instrumentos políticos propuestos están:

  • Medidas de concienciación: Campañas de información en relación con el impacto de la computación en la nube sobre la demanda de energía, orientado tanto al público en general como a empresa, organizaciones e instituciones de investigación. El objetivo es crear una conciencia de responsabilidad digital sobre la contribución de la computación en la nube a los ODS.
  • Medidas de mejora de transparencia: Creación de una huella de la nube, desarrollando instrumentos que permitan medir la demanda de energía de las diferentes aplicaciones. El desarrollo de un repositorio de medio ambiente digital permitirá describir con precisión la huella ecológica del ecosistema digital en términos de equipamiento y usos.
  • Guías para una computación en la nube energéticamente eficiente: Como un instrumento de medida del impacto energético del uso de los servicios basados en la nube.
  • Certificación: Creación de un código de conducta para la computación en la nube con el objetivo de que sea más energéticamente eficiente.
  • Adaptación del marco legislativo: Actualización de la directiva EcoDesign para que se adapte a los componentes inmateriales de los centros de datos y servicios en la nube. Establecimiento de un criterio de eficiencia energética mínima para los nuevos centros de datos que se construyan en la EU

Fuentes:

Unión Europea, DG CNECT. Energy-efficient Cloud Computing Technologies and Policies for an Eco-friendly Cloud Market. Bruselas, noviembre de 2020. Disponible en: https://ec.europa.eu/digital-single-market/en/news/energy-efficient-cloud-computing-technologies-and-policies-eco-friendly-cloud-market


[1] El 85% de los centros de datos europeos se encuentran en las regiones nordicas

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